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Las Siete Palabras: 2da "...En verdad te digo, Hoy estarás conmigo en el Paraíso..." (Lc 23, 43).

Dimas- el buen ladrón -fue el primero en reclamar públicamente que Jesús es inocente y que es Rey. Nos enseña cómo debemos cargar con nuestra cruz si hemos hecho algo para merecerlo. Siempre va a ver una cruz en nuestra vida, pero hay diferentes maneras de sobrellevarla. Una, como Jesús, aquél que es inocente y la soporta por amor en silencio reconociendo en esto la voluntad de Dios.


Otra, como el mal ladrón, que no sólo se mofaba de Jesús, sino que también tuvo la osadía de pedirle que le quitara la cruz sabiendo que por sus acciones merecía lo que le pasaba. O como el buen ladrón, que reconoce que merece la cruz por sus acciones, pero en el fondo es humilde y pide misericordia. Le robó el corazón a Jesús con su arrepentimiento y obtuvo el tesoro de los tesoros, entrar en el paraíso. Tres maneras de llevar la cruz, eres libre de escoger tu forma de sobrellevarla, ¿cuál escoges tú?


Oración:


Señor, ¡misericordia! Cuántas veces me he quejado de mi cruz sabiendo que es consecuencia de un pecado mío anterior. Cuántas veces he huído de la cruz que tú me ofreces como remedio y salvación de mi alma y la de muchas personas más. Sólo pienso en el dolor que paso y egoístamente quiero que me la quites y te pido osadamente explicaciones de "por qué". Señor, enséñame a orar como el buen ladrón, que si no puedo llevar mi cruz como tú, porque no soy inocente en el mal rato que paso, que pueda por lo menos reconocer mis errores. Y con una santa osadía tornar mi mirada hacia ti y pedirte que sólo te acuerdes de mí, no que me quites la cruz, sino que sólo te acuerdes de mí, porque pensar en lo Bueno que eres ya para mí es alivio entre mis pesares.

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