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El Canto de Entrada


Se comienza mientras entra el sacerdote, comienza la procesión de entrada. Es un canto que permite que la asamblea comience a reconocerse como Pueblo de Dios y a disponerse a la alabanza. El canto de entrada debe estar en concordancia con su finalidad. La finalidad de este canto es abrir la procesión, acompañarla y promover la unión entre los congregados. Debe ser un canto comunitario (aunque es común escuchar...” vine a alabar a Dios”, deberíamos decir...” Venimos”), tener cierta duración (para dar tiempo a los ministros a ubicarse convenientemente) y manifestar la alegría del encuentro del pueblo reunido para alabar al Señor. Sobre el canto de entrada, nos recuerda el Institución General del Misal Romano en el Capítulo II: La Estructura de la Misa "Reunido el pueblo, mientras entra el sacerdote con el diácono y los ministros, se da comienzo al canto de entrada. La finalidad de este canto es abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido, introducirlos en el misterio del tiempo litúrgico o de la fiesta y acompañar la procesión del sacerdote y los ministros." (CCC #46) Si el canto de entrada es "subjetivo, trivial, de mal gusto, desafinado, mal cantado o no tiene que ver "nada" con la acción misma de la procession, indispone a la asamblea y le dificulta entrar en el misterio que vas a celebrar.


Por, Angel Correa

Vicepresidente de AMPHE


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